Hace unos cuantos días, charlando tranquilamente con un rolero con quien recién habíamos tenido el placer de jugar, éste nos expuso ciertas ideas que tenía para hacer una aventura de tamaño medio con temática cósmica. Le preguntamos si se veía con tiempo y fuerzas para escribir la aventura, ya que su idea nos pareció muy buena (nos dio ganas de jugarla), y su contestación nos dejó un tanto extrañados, lo suficiente como para escribir este artículo.
Nos dijo:
“¡…si yo no soy nadie, llevo jugando a rol menos de un año y casi no he jugado a nada!”
Asombroso. Nos sentimos completamente identificados con su frase.
Tras ello tuvimos otra larga conversación que se puede resumir en las siguientes reflexiones:
- No hace falta ser nadie.
- Tu, como rolero y creativo, eres tu y tu creatividad liberada. Nada más.
- No existen varas de medir con las que se te pueda o deba comparar.
- No existen años mínimos de juego que se requieran para que tu obra sostenga valor.
- No existe una cantidad mínima de gente que te deba conocer para que tu obra sea buena.
- No necesitas poder sostener un discurso donde demuestres tu amplio conocimiento sobre la historia del rol o los mil juegos existentes para que tu obra sea considerada por sí misma.
Tan solo, crea.
Tener experiencia y cultura rolera es, sin duda, un excelso valor que todos apreciamos en nuestros veteranos conocedores de rol. Del mismo modo que apreciamos y agradecemos que nos ofrezcan síntesis de su experiencia de la cual poder aprender y mejorar la nuestra. Es el ciclo de aprendizaje de los sabios que existe en nuestra raza desde siempre, y es maravilloso.
Pero no es un requisito.
Hay toda una constelación de nuevos creativos y creativas esperando encontrar el momento interior adecuado para desatar su pluma, o esperando cumplir inexplicables requisitos.
Ese momento, es ya.
¿Acabas de conocer el rol? ¡Lánzate a crear rol!
Puedes ser precavido si así consideras más honesto tu proceso de creación, cultivarte en sistemas, ambientaciones y estructuras para después saltar a montar tu obra con cierta guía interior…
¡¡Pero no es necesario!!
Puedes innovar, crear desde cero, sorprendernos a todos con tus mecánicas, ambientaciones y propuestas... tan solo, recuerda esta máxima, como dijo en su momento muy acertadamente Álvaro Loman:
“¡Muestra tu trabajo!”
No te dejes impresionar por las exigencias que otros se han impuesto, o que pretenden imponer a los demás. Ellos (nosotros) son libres de definir los límites y el tipo de calidad que desean para sus obras, pero sus criterios no pueden alcanzar las tuyas. Puedes ser el nuevo Amadeus del rol, el nuevo Tesla… tan solo crea, expón tu obra y sé abierto a las sugerencias y/o críticas (si te apetece). Puedes romper los estándares mostrando un proyecto de calidad profesional hecho en secreto y que nos den a todos ganas de jugar con tan solo escuchar su resumen. Confía en tu creatividad.
Nosotros en particular, cuando sostenemos un juego entre las manos y lo leemos, la naturaleza de su autor nos importa poco. Si es hombre o mujer, si es joven o viejo, si ha escrito mil libros antes o si es la trigésimoquinta edición no son factores que nos afecten. Valoramos cada obra por lo que es, para nosotros, en sí misma, y confiamos en que mucha gente lo hace de la misma manera.
No existen requisitos mínimos, no hace falta tener mas de 16 años ni menos de un millón de horas de juego.
No hace falta conocer el significado de las intrincadas siglas que pueblan el panorama rolero, ni siquiera hacer caso o entender el valor de las etiquetas, la rolerosofía o el metalenguaje.
Todo eso, es atrezo.
Y, para ir rematando, citaremos a cierto maestro que afirmaba:
“No creo en las personas normales… lo que yo digo es: Todos somos especiales”
Por ello, te sugerimos que te pongas a crear y disfrutes cada paso del proceso. Te tires de los pelos, tengas dudas, sonrías ante tu obra y continúes escribiendo. Borres, cambies, te desesperes… que tengas miedo por si una erupción solar puede borrar de tu disco duro esa maravilla y busques precios para saber cuanto vale tallarla en bronce por si acaso todo se viene abajo. Que sientas vergüenza y nervios por lo que dirá el mundo cuando la criatura sea presentada, te plantees tirarlo todo en tu desasosiego… y sigas escribiendo.
Verdaderamente, no hace falta nada, solo que al comienzo, durante o al final, lo muestres. Sea a la comunidad o a una editorial.
Que todos estamos aquí justamente para eso, lo que nos une, es amor al rol, y tu obra, es puro rol.
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