Es curioso como las emociones se acumulan, ¿verdad? Solía tener una fuerte esperanza en la comunidad rolera, una esperanza que integraba el hecho de que cada cual es de su padre y de su madre y que, como en todos lados, habría imbéciles pagados de sí mismos. Me considero realista en ese sentido y nunca defendí la percepción de que el rol nos hiciera ni "más mejores" ni "menos cretinos"automáticamente. Si he creído siempre, y lo sigo defendiendo, que jugar a rol puede ser una estupenda herramienta para fortificar la empatía, y muchos otros valores humanos. Pero qué más dará, en definitiva, la imbecilidad no se remedia ni con una partida ni con mil, y hoy mi "esperanza en la comunidad rolera" se ha convertida en una idea más cercana a la praxis que a la teoría. Hay comunidad entre quienes hacen comunidad: jornadas, eventos, partidas, clubs... Y luego, hay ego.