sábado, 29 de junio de 2024

¿Hay directores de rol mejores que otros?

La cuestión de si hay o no directores de juego, en esto de los juegos de rol, mejores que otros aparece de forma cíclica en las redes sociales. Me resulta natural dado que es un tema interesante sobre el que se puede desarrollar mucho debate. 


Vamos a darle vueltas al asunto.




Por una parte el objetivo de jugar a rol es divertirnos un rato entre colegas, de modo que podemos extender que todo director que consiga esto es un buen director de juego. Pero hilando fino podemos también entender que la diversión no depende del director exclusivamente. Ella o él es solo una parte de la mesa. La diversión es cosa de todos de modo que ¿qué hace a un buen director de juego? 


A vuela pluma diría que hacer bien la parte que le toca. Sea cuál sea esa parte. Y aquí es donde entramos en un amplio terreno lleno de baches: ¿Cuales son las funciones de un director? Pues depende muchísimo del tipo de partida que estamos jugando. 


Si el estilo de juego de tu mesa no tiene nada que ver con interpretar las emociones de los pj, explorar personajes o crear y resolver conflictos dramáticos, todos esos valores serán insignificantes. 


Si en tu estilo de juego la creación de un escenario explorable, con minis y elementos auxiliares como muros, casas, castillos u otras partes de un escenario desplegable no es relevante, ninguna de esas habilidades tendrá valor.


No hay valores comunes a un director estándar, cada mesa de juego tiene un estilo propio y selecciona por prueba y error lo que les gusta. Por descontado habrá valores humanos que sí tienen peso en toda relación social: ser amable o desagradable, interrumpir o no hacerlo de forma brusca, escuchar o ignorar a tus compañeros… Vaya, cuestiones de convivencia que afectan al juego como a cualquier otra actividad. 


Siempre he defendido que se puede mejorar en esto de dirigir partidas de rol, pero no con una actitud comparativa con otras personas, sino contigo mismo. Ser mejor que ayer en algo que te apetece mejorar. A mi en particular el tema del color me gusta mucho, asi como la retórica elegante, los conflictos emocionales y la creación de historias con ganchos fuertes. Son solo algunos aspectos en los que he intentado mejorar en base a mis propios criterios pero me resultaría muy extraño emplearlos para establecer comparativas con otras personas. No lo veo necesario ni bueno. 


Muchas personas a las que estos ingredientes no les gustan me verían como un mal director o, siendo más neutros, como un director que no es para ellos. Lo veo natural.


Igualmente me he encontrado con directoras y directores que hacían cosas mejor que yo. He practicado para copiar sus estilos y reintegrarlos, adaptándolos al mio. Este sistema comparativo en busca de virtudes de otras personas me resulta fantástico para encontrar campos que me mola mejorar de mi estilo (y en mi vida). Me comparo para luego considerarme y mejorar con respecto siempre a mi. Pero no se me ocurriría competir en una carrera de mejora. En algo como: voy a mejorar en trucos para hacer partidas frenéticas y ser mejor que x persona. 


Puedes ser el mejor cheff del mundo y preparar la mejor crema de zanahorias de la historia, que si a mi no me gustan las zanahorias no me la voy a comer. Igualmente con la música u otras habilidades subjetivas. Todos asumimos que Beethoven es la ostia, pero si no te gusta la música clásica… no lo vas a escuchar.


Y esto va de jugar y divertirse. Para mi el mejor director es el que tiene ganas de jugar conmigo y se divierte haciendo su parte. Es una valoración humanista, no cualitativa, que se aleja de sectorizar habilidades y analizar los puntos a favor y en contra de dichas habilidades. 


También podríamos decir que el mejor director de juego es aquel que, sin renunciar a su disfrute genuino y sin creer que es el responsable de la diversión de la mesa, tiene una gran variedad de recursos para ajustarse a muchas experiencias distintas: explorar personajes o localizaciones, jugar interpretando o sin interpretar, usar minis o no hacerlo… Vaya, abarcar todos los estilos y sentirse cómodo y feliz con todos ellos. Wow. No sé si habrá alguien así pero no tengo ninguna razón para negarlo. Sí puedo saber que yo, no lo soy.


Pero entonces entra un nuevo factor en el asunto: el espectador. Claro. Hay partidas de rol que se emiten y la experiencia de dichas partidas sale del juego para crear un nuevo tipo de disfrute. Personas externas a la partida disfrutan con el juego, sin participar en él directamente. Esto es una pasada y abre nuevas vías de pensamiento sobre el tema de mejores y peores directores


¿Es mejor entonces la directora que no solo logra el disfrute de su mesa (ella incluida), sino que logra el disfrute para la mayor audiencia posible? Pues es una pregunta interesante. En todo caso su mesa, así como la audiencia, no dejan de ser individuos sesgados por un estilo de partida. Da igual cuantos espectadores tenga. Esa directora o director será la mejor para ellos, ¡pero no para todos los demás! No para aquellos que disfrutan de otros estilos de juego o para quienes no disfrutan viendo partidas ajenas.


Ojo con este punto porque es la clave para no ceder el criterio cualitativo a la masa anónima.


Por otro lado, tendemos a pensar que la dirección de juego es una actividad que requiere de ciertas capacidades que, de mejorar, mejoran por consecuencia la experiencia. Si la directora de juego tiene una retórica elegante, la partida mejorará, si regula guay los ritmos de las escenas, si domina bien el sistema de juego, si interpreta actoralmente a personajes… en fin, habría una larga lista de habilidades contando con todos los estilos de juego. Pero cuidado, esta lista también se puede aplicar a los jugadores. Tanto ritmo en las escenas como interpretación, retórica y etc. Y el acto de jugar es colectivo. Esto es genial porque de un tema nos obliga a saltar a otro igual de interesante: ¿Qué grado de importancia tiene el dj en la diversión de la partida? 


Se suele decir que una buena mesa puede levantar una partida con un mal director, pero que un buen director no podrá levantar una partida con una mala mesa. Permitidme por un momento la libertad de emplear buen y mala con tanta libertad. No sé si es cierto, pero sí se que he tenido ambas experiencias y mi conclusión es que: o todos remamos en la misma dirección, o que putísimo coñazo. 


Cuando dirijo no quiero sentirme responsable de la diversión de los demás, solo quiero divertirme haciendo mi parte y ver cómo los demás hacen lo mismo, en una situación confortable y sin evaluaciones cualitativas. No quiero jugar a fútbol con Messi, quiero jugar con mis colegas, porque mi objetivo no es ganar, es divertirme. Si tengo un dia de mierda no quiero sentir que tengo que mantener un nivel de dirección, o que voy a joder la partida o cosas semejantes. Quiero decir con naturalidad a mis colegas que he tenido un día de mierda y que haré lo que pueda para divertirme con ellos y desconectar de esa mierda.

Esta idea no elimina la existencia de Messi, solo reinterpreta su supuesto valor.


Pero me resisto a alejarme de la diversión analítica de clasificar las cualidades de un buen director de juego, porque me mola. Hay cosas que se pueden hacer mejor y no veo que haya que demonizarlo. Solo señalar que no es necesario y que es un proceso personal que resulta más sano cuanto más se aleja de comparativas egoístas. ¿Puedo describir mejor de lo que ya hago un paisaje o una escena? Seguro que sí. ¿Me apetece buscar trucos para hacerlo? Puede ser. ¿Me hará mejor director que Óscar? Ya empezamos a patinar sobre la mierda. 


Ese es para mi el punto. 


No quiero ser mejor que Óscar, quiero ser mejor que yo, antes. Pero el tema del ego es goloso y veo normal que haya gente a la que el reconocimiento de sus habilidades o mejoras se le refuerce por la comparativa. Siendo como he sido, un gilipollas egocéntrico durante una gran parte de mi vida, no me siento en condiciones de juzgar a nadie. Si necesitas compararte con otras directoras, que haya gente que reconozca tu superioridad en la dirección con respecto a x persona, y otras cuestiones de esa índole, adelante. No creo que sea un camino sano, pero será tuyo y yo paso de juzgarte.


Para terminar esta disertación rara y un tanto improvisada cerremos con la idea del patrón estándar y la excelencia galopante. Solemos decir esto de mal o buen director, pero ¿con respecto a qué?. No tenemos un patrón de calidad con el que compararnos en las distintas aptitudes roleras. ¡Y menos mal! Pero si en un párrafo anterior digo: puedes ser el mejor Cheff del mundo que..., es que hay un sistema externo de evaluación que te ha entregado ese titúlo. ¿Quién podría hacerlo? No tenemos algo así en el rol y, por lo que a mi respecta, ojalá no lo tengamos jamás.

Igualmente tendemos a pensar que lo que pasa en nuestra mesa es similar a lo que pasa en todas las mesas, y no tenemos ni idea. Esa ausencia de patrón estándar es, a mi criterio, un lujo en el rol. Nos regala una libertad fantástica para entender las calidades desde un punto de vista humano, no industrial ni capitalista. Ese conjunto de virtudes que podemos codiciar y cosechar difícilmente creará el conjunto mágico que un grupo de juego tiene solo por ser amigos que se divierten a su manera. No se puede copiar esa amistad buenrollera. Y menos desde un punto de vista de competitividad y calidad. Si a ese grupo de juego de amigos de toda la vida que llevan divirtiéndose desde hace años con su estilo y sus mierdas, les retiras al Dj y pones al “director de juego 3000, el mejor de la historia", habrás jodido el grupo. 


Mejorar en algo que te gusta es natural. No hay por qué justificarlo con sesudas intervenciones.

No mejorar en algo que te gusta, es natural, no hay que defenderlo con sesudas intervenciones. Tú sabrás, y solo tú, si mejoras porque te apetece o porque la búsqueda de la excelencia te está estrangulando las entrañas por motivos ocultos. 


Sea como sea, hazlo como te dé la gana, sin hacer mucho caso a las redes sociales o a lo que digamos cuatro lunáticos en blogs o canales de youtube. Solo te recomendaría una cosa: cuida a tus colegas, son el mayor tesoro que tienes.



5 comentarios:

  1. Hermoso articulo Sirio. Sos un crack.

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  2. Copio lo que te he puesto en Twitter:

    Muy chula tu reflexión, y voy a añadir otro factor fundamental. Que yo disfrute más o menos la partida de Fulanito depende muchísimo (entre otras) de una cosa: lo bien que yo me entienda y conecte con Fulanito. En una actividad tan intrínsecamente relacional como el rol, creo que es un apartado clave. Es algo que noto muchísimo en el rol en vivo. Hay gente que por A o por B tienes mejor química rolera. Con X me van a salir escenas maravillosas y con Y me van a salir meh. Pero a lo mejor a Y le salen cosas geniales con Z, pero a Z con X ni fu ni fa. Y ojo, que aquí no estoy hablando de que me guste más o menos cómo lo hace, sino de cómo funcionan para mí las escenas cuando son con X o con Y. Eso va a influir muchísimo en mi disfrute de la partida.

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  3. Añadido, claro, a mi mensaje original, que fue este:

    ¿Hay jugadores/directores de rol "objetivamente" mejores que otros?

    No. Lo que para ti puede ser un jugador maravilloso para mí un petardo y viceversa. Esto no es ninguna competición y no hay baremos objetivos de medir.

    No existen los Messi ni los Jordan del rol.

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  4. Gran artículo, Sirio. Este párrafo se lo pegaría o a todos esos pontífices del estilo y repartidores de permisos roleros:
    "No tenemos un patrón de calidad con el que compararnos en las distintas aptitudes roleras. ¡Y menos mal! Pero si en un párrafo anterior digo: puedes ser el mejor Chef del mundo que..., es que hay un sistema externo de evaluación que te ha entregado ese título. ¿Quién podría hacerlo? No tenemos algo así en el rol y, por lo que a mi respecta, ojalá no lo tengamos jamás."
    Amén.

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  5. Ha estado muy guay.
    Yo creo que si que hay elementos, cualidades o capacidades que definen a un director. Por ejemplo, cuando dirijo me autofelicito por lo que pienso que he hecho bien y señalo también algo que pienso que podría haber hecho mejor. Cuando juego con otro director igual, lo que me ha gustado me lo quedo y lo que no, evito hacerlo. Quiero decir, estas cosas que identifico son rasgos, características, como queramos llamarlo.
    Pero tampoco hay que ir más allá. Encuentra tu voz, pásatelo pipa, es un juego de rol. Seguro que en algún momento alguien monta una academia de dirección. Evitemos estás cosas elitistas. No asustemos a la gente recién llegada con estas historias.
    Una cosa graciosa que llevo pensando un tiempo es que me pienso mejor director de lo que soy.

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