Gracias a +Pedro Pablo Calvo y su pasión por la teoría, el análisis, la reflexión y la divulgación rolera hemos podido conocer lo que él denomina el “triángulo de la intensidad”.
Una construcción de tres factores que permiten determinar la estructura de las partidas de rol y que nos resulta tremendamente intuitiva, accesible y efectiva.
No solo es un esquema sencillo de entender, sino también enormemente profundo en sus consecuencias, dados los caminos que nos ofrece a través de sus derivaciones y desarrollos.
Sencillo, profundo, práctico, comprensible y accesible: Elegante.
¿Se pueden analizar las partidas que jugamos en función de este triángulo de factores?
¿Podemos usarlo para desarrollar escenas, aventuras o campañas?
Para nosotros, sí.
No es una herramienta definitiva, sin duda, pero es, hasta ahora, la más útil que hemos encontrado.
Sin darle más vueltas al asunto, los tres factores que triangula la teoría son:
Color, Emoción y Progreso.
Y lo que nos propone es que nuestras partidas de rol se componen de manera abstracta de estos tres principios.
Como uno de los valores que vemos con especial importancia en esta idea es la sencillez, demos antes de nada, una definición sin adornos dichos factores.
Progreso: Es el avance de la historia de la partida.
Emoción: Se refiere a la capacidad de emocionar tanto de la historia como de los personajes.
Color: Es el grado de visualización de la partida, la descripción, el detalle.
Con estas tres ideas podemos buscar un equilibrio en las experiencias de juego que obtenemos, podemos compararlas o analizarlas, ver qué les falta o qué les sobra y considerar métodos para comprender tanto nuestra dirección como nuestro comportamiento como grupo de juego.